El bate de jugar pelota es uno de los instrumentos de tortura de la policía dominicana y existe una tradición de jefes policiales que tiene predilección por ese instrumento de trabajo. El general Imbert Tesón tenía ubicado su bate detrás de su escritorio, el general Guzmán Acosta, padre de Guzmán Fermín, fue de los que con mucha saña fomentó durante los “doce años” de Balaguer esa práctica, mientras Guillermito Guzmán Fermín retomó esa tradición hasta el punto de dedicarse en persona a golpear con un bate 38 presos previamente seleccionados. Uno de esos trágicos casos fue el del “desaparecido” Juan Almonte.
Juan Almonte, dirigente del grupo político MUNDO que fundó Virgilio Almanzar (quien a su vez ha hecho carrera y recibido fondos policiales para manipular del tema de los derechos humanos), fue una de las víctimas del general Guillermo Guzmán Fermín, quien lo mató a batazos y luego hizo desaparecer su cuerpo. En ese episodio de tortura estuvo presente el general Manuel Fructuoso, personero del crimen policial históricamente vinculado a torturadores y asesinos como el General Bencosme Candelier. El general Fructuoso desempeñó entonces las funciones de jefe del Departamento de Investigaciones Delictivas y Juan Almonte fue una de las víctimas, junto a Cecilio Días y William Checo, del simulacro de secuestro practicado contra el joven Baldera de Nagua “investigado” por él; existiendo serias sospechas de que esos izquierdistas radicales fueron prácticamente “vendidos” por Virgilio Almanzar, quien además de encabezar el grupo MUNDO, dirigía el grupo Nación Solidaria, que al parecer pactó con el comando Gregorio Luperon de Cecilio Díaz para meterlo en esa trampa en combinación con la jefatura policial.
Esto puede deducirse del informe hecho por el ex-jefe de la PN Guzmán Fermín a la Procuraduría de la República (publicado en este Blog), dando cuenta de sus relaciones de amistad y sus vínculos policiales (con asignaciones mensuales a él y a su familia) con Virgilio Almanzar. Llama la atención que ahora el señor Almanzar este desmintiendo que el desaparecido Juan Almonte muriera del batazo que le propinó en la cabeza Guzmán Fermín, después de que el Comité de los Derechos Humanos que dirige lo afirmara innumerables veces a instancias de una parte de su membresía no comprometida con la P.N. Es obvio que en ese Comité operan otras personas que le han “dañado el guiso” al señor Virgilio Almanzar y le han creado una incómoda situación difícil con su sobornador, el General Guzmán Fermín. Es evidente que Almanzar está siendo chantajeado por el ex-jefe policial y se ha visto forzado a desmentir lo afirmado por ese Comité para proteger a su sobornador.
En esa tesitura está también el periodista de la “Z” Martínez Pozo, a quien se le vincula a los servicios de inteligencia del régimen. Ahora que el caso Almonte cobró volumen con la intervención de Amnistía Internacional, el mayor empeño de Guzmán Fermín y sus socios en los crímenes del caso Baldera, es quitarse de encima el batazo propinado a Juan Almonte. Lo de Virgilio Almanzar y lo de Martínez Pozo se inscribe dentro de ese esfuerzo mercenario del General. La protección del presidente Fernández, a plena conciencia de lo que hizo, es un instrumento de impunidad que precisa ahora de ese esfuerzo adicional, en vista de la presión externa que encarna la eficaz AMNISTÍA INTERNACIONAL.
¿ENVÍADO POR o DE LA CÍA?
Pocas personas se percataron de este hecho: no fue por casualidad que el periodista Martínez Pozo de la Z 101 estuviera tempranito en Quito reportando el intento de golpe de Estado al Presidente Correa, iniciado con un levantamiento policial. Todo indica que estuvo bien a tiempo porque lo orejearon previamente para llegar horas antes y reportar en vivo y directo los acontecimientos previamente planeados, ajustándose al libreto de los conspiradores y haciendo un buen uso de esa potente emisora, en la que a él le ha tocado ser el malo del “reality show”.
Eso no se hace sin conexiones fuertes de “órganos de inteligencia” a “órganos de inteligencia” y es sabido que el hilo conductor entre policías y espías de ultraderecha son la Agencia Central de Inteligencia (CÍA) de EEUU y otras similares.
Observen que el referido periodista le ha dado con convertir en “noticias” informaciones de la DNI, el J2 y todos los G, M y A2 del país; como también con eso de sumarse a las diatribas “made in usa” contra Chávez, Fidel, Correa, Evo y Zelaya. Tampoco eso es casualidad.
Lo bueno de todo esto fue que al Pozo se le peló el billete en su ágil viaje a Quito, por lo que tendrá que irse a esquiar en la nieve de las Montañas de Colorado y tomarse por allá unas de las botellas de cognac francés valorada en 275 mil pesos, que amenudo le regalan sus amigotes en el poder, sobretodo en sus frecuentes vacaciones por esos predios norteamericanos.